jueves, 3 de diciembre de 2009

Esto de renacer como el ave Fenix es muy duro. Hace tiempo cerré este blog y de hecho no volveré a escribir nada en él.
Me mudé de nombre, si antes mi mundo era frágil como el cristal, ahora descubrí que el problema es que soy gen-éticamente inexacta, creo que ahí residen todos mis defectos y virtudes. Con tal descubrimiento nació mi nuevo blog al que quedais invitados.

http://geneticainexacta.blogspot.com/

Besos y versos para todos

martes, 19 de mayo de 2009

Del amor y sus mentiras (II)


-Pensaba que no la volvería a ver por aquí.
-Pues ya ve, al final uno siempre termina volviendo al lugar donde le esperan. Porque usted me esperaba ¿verdad?
-Lo cierto es que sí. Después de nuestra última conversación me quedé con ganas de saber más cosas de usted. No me resulta una paciente común, es más, todavía no entiendo por qué me viene a visitar siendo psiquiatra como soy, tal vez le interesaría más un psicólogo.
-Digamos que necesito un confesor y no creo en los curas, quizá alguien como usted me entendería mejor, porque la verdad es que no necesito la redención de mis pecados sino alguien a quien contárselos. Las cosas que se hacen se van amontonando dentro y necesitan salir, así que yo le pago y usted me escucha.
-Me parece un trato justo. ¿Y qué es lo que te trae por aquí esta vez?
- Doctor, ¿usted cree que soy puta?
-Mujer, depende. ¿Usted pide dinero a cambio de favores sexuales?
-No, nunca lo hice ni pienso hacerlo jamás y no porque sea una deshonra sino porque no necesito el dinero. Pero ¿me quiere usted decir que el que pide dinero a cambio de favores es prostituta? Porque sino permítame decirle que su burdel es de los más bonitos que he visto en mi vida, a ochenta euros que me cobra la consulta es una prostituta de lujo, desde luego. Pero no, no me refería a eso. Verá, hace unos días un amigo me dijo que si fuese puta sería la puta más romántica que existe.
-Bueno, es un halago bonito, solo que quizá no está dicho con las mejores palabras y lo has malinterpretado.
-Es que yo no quiero ser romántica, solo quiero ser puta.
-¿Eres puta?
-He dicho que quiero serlo. El me dijo “si fueras puta….”, con lo cual me queda el romanticismo y lo odio. ¿Cómo se puede ser romántica sin creer en el amor? Y me odio a mi misma porque no sé hacer el amor sin amor, siquiera se follar sin amor, sin besar en la boca. Y no creo en el amor no porque no exista, sino porque haciendo como que no le veo tal vez desaparezca. Cuando era pequeña y quería esconderme de alguien me bastaba con taparme los ojos con las manos y esa persona desaparecía, incluso el miedo que sentía en ese momento.
-Pero ahora eres grande Lucía, eso ya no vale. Cuando abras los ojos el problema seguirá estando ahí justo donde lo dejaste, solo que posiblemente se haya hecho mucho más grande. Los problemas hay que afrontarlos. Y para eso, créeme, no hace falta ser puta.
-¿Sabe donde siento yo el amor? Entre las piernas. Cuando ya no quiero a alguien dejo de excitarme y soy capaz de masturbarme pensando en una pared blanca antes que hacerlo pensando en él.
-¿Eso te ocurre muy a menudo?
-¿Lo de masturbarme? Todos los días.
-No Lucía, eso no. Te preguntaba acerca de los hombres de los que te desenamoras.
-Sí, me pasa demasiadas veces y demasiado pronto, algunos en la misma noche que los conozco, justo después del sexo les dejo de querer. Les aborrezco de tal modo que no vuelvo ni a llamarles, con otros llega a la segunda o tercera noche. Sobre todo me desenamoro de los que no saben abrazar bien.
-¿Qué buscas en ellos, amor, cariño?
-Yo no quiero que me quieran, solo que me abracen. Me dejo follar con tal de que me abracen muy fuerte.
-Entonces les das sexo a cambio de cariño.


Lucía se levantó de la silla, sacó ochenta euros de la cartera, los puso delante del doctor con una sonrisa triunfal, agarró su abrigo y se dirigió hacia la puerta.
-Usted ofrece su consulta a cambio de ochenta euros y yo mi cuerpo a cambio de cariño. Ya lo hemos conseguido doctor, somos putas. Muchísimas gracias por ayudarme a descubrirlo.
Se marchó de allí tranquila, solo le quedaba matar el romanticismo (otra vez).

jueves, 7 de mayo de 2009

Destellos


Quiero ser infelizmente libre
infelizmente mía,
por una vez,
una única vez que dure hasta mi muerte,
y poder recontar los palos y golpes
los amaneceres y atardeceres que vi
y los que también perdí por hacerme la dormida.

Al fin comprendí
que de nada sirve ser musa
si al final el poeta se folla a las malas
y me quedo siendo simplemente
la inicial en el último verso de poema,
inicial en ángulo recto que rompe la rima.
Aprendí que es más útil pedir que esperar
y más grato recibir que dar.

Los desengaños no son más que abrir los ojos,
darte cuenta de que el color rosa
no es más que una fina capa de pintura
que se cae con el tiempo
y que el violeta es el color que queda tras los golpes.

Querer ser feliz
es pretender ser otra que no se parezca a mí,
por eso quiero ser infelizmente mía
porque al fin quiero ser yo.

jueves, 23 de abril de 2009

El chico que desde la ventana veía llorar a la chica gris ( X )

Abrió los ojos, tenía la mano izquierda helada, quizá porque se le había quedado fuera de la manta, el piso de Abril era mucho más frío que el suyo. Giró la cabeza hacia su izquierda y sintió que siempre había dormido con ella. Le vinieron unas ganas tremendas de abrazarla, pero no quiso abusar de la confianza que ella le había brindado, demasiado que le ofreció quedarse a dormir en su casa, en su propia cama, como para estropearlo todo con un gesto que ella podía confundir. Después de que Abril hubiese contado su historia se acercó a un baúl gigante que tenía apoyado en una pared junto a la puerta del baño, lo abrió y sacó de allí una botella de vodka azul, “mi preferido” dijo ella, y decidieron brindar por lo caprichosa que era la vida. En realidad ese fue el primero de los brindis, según iban bebiendo la imaginación se les despertaba y cada vez tenían más y más cosas por las que brindar, hasta que de la botella se deslizó la última gota. Javier miró el reloj, la una de la madrugada. Se levantó con la intención de irse para casa, pero una fuerza centrífuga se había estancado en su cabeza y todo a su alrededor daba vueltas a velocidad terminal, cayó de culo contra el sofá.
-Anda, ayúdame a levantarme y llévame hasta el ascensor. Creo que una vez en la calle el fresco me despejará y podré llegar a mi casa, total, estoy a menos de cien metros, no debe ser tan difícil.- dijo acompañado de una risilla tonta.
-No, quédate a dormir conmigo.
-¿Qué?- preguntó incrédulo, el alcohol suele distorsionar la visión, pero no sabía nada de que afectase también al oído.
-Quédate, quizá esta noche haya tormenta otra vez y tengo miedo de estar sola.
Javier inclinó la cabeza hacia la ventana:
-Pero si la luna brilla rabiosa, no hay un una nube siquiera.
Pero Abril ya no estaba en el salón y la luz del dormitorio estaba encendida. Ahora solo le quedaba levantarse con cuidado y mantenerse lo más vertical posible hasta llegar al cuarto. Copérnico se había despertado, dormía desde hacía horas sobre la alfombra, se desperezó y comenzó a caminar delante de Javier como indicándole el camino a la habitación de Abril.
El color del dormitorio no era menos estridente que el del salón, quizá algo más amarillo. Tenía sobre la cama una colcha violeta con bordados en hilo dorado, le gustó. Le estaba esperando de pie a los pies de la cama.
-Yo duermo a ese lado, ¿vale?- mientras señalaba al lado derecho de la cama con el índice muy recto- Para ti el otro lado, pero prohibido roncar.- y con ese mismo dedo rígido advirtió a Javier.
A él no le preocupaban los ronquidos, le preocupaba más vomitar en la colcha a media noche, no se llevaba muy bien con el alcohol y al parecer el vodka tampoco se llevaba bien con él.
No sabía con exactitud qué hora sería pero el sol todavía no lucía con demasiada fuerza, quizá las siete o las ocho como muy tarde, se volvió y buscó su teléfono móvil en el bolsillo del pantalón que había dejado en el suelo la noche anterior. Las siete cuarenta y dos, todavía podía quedarse un rato mas en la cama, en la oficina le esperaban a las nueve. Siguió mirando a Abril que todavía dormía en paz o eso parecía, ¿y si no dormía? ¿y si solo estaba haciéndose la dormida y le observaba con los parpados entornados? Lo mismo estaba viendo como la miraba con cara de pasmado o lo que es peor, de enamorado.

A Miguel ( el chico gris), con cariño, para que no se acostumbre a las tristezas

martes, 21 de abril de 2009

GEN-ética

- Buenos días
- Buenos días Lucía. Pero ¿de qué vas disfrazada?
- De putita, que no es lo mismo que ir de puta.
- Pues suena igual de feo. A demás no te veo mal vestida, es solo que te noto diferente y me ha chocado verte así, pero para nada es indecente ese atuendo, fíjate que vas muy mona, te favorecen los pantalones pitillo y las botas de tacón alto, será que como tienes las piernas cortitas te estilizan mucho. ¿y cómo es que te ha dado por vestir hoy así? Deberías hacerlo más a menudo.
- Es solo que hoy me desperté antes que el GEN, mientras me vestía él seguía dormido en algún lugar de mi mente, así que me encargué yo solita de esa tarea. Pensé que por un día iba a llenarme de nada, me iba a limitar a recoger de los transeúntes miradas lascivas y proposiciones indecentes, que por una vez iba a sentirme satisfecha con eso, con detenerme delante de un escaparate y soñar con ese vestido que cuesta el sueldo de un mes, con un armario lleno de zapatos de tacones vertiginosos, con encontrar un marido que ganase mucha pasta, y tuviese un deportivo de ensueño con el que me llevase a Baqueira todos las navidades a esquiar. Quería vestirme de putita y hacerme la ilusión de que las cosas que valen la pena se consiguen con dinero o con un buen meneo de tetas o de culo. Quería saber si podría engañar al GEN, si cuando despertase vería tan grande cambio que emigraría a otro cuerpo dejándome a mí vacía, tanto, que podría llenarme de cualquier cosa inútil, la que fuera, con tal de sonreír once veces seguidas.
- ¿y..?
- Nada, que cuando llegue a medio día vuelvo a ponerme la falda estampada, el pañuelo azul en la cabeza, el collar de bolitas de colores y las babuchas.
- Pues yo así te veo muy mona tía, mucho más que con esos pingajos que te colocas a veces, perdona que te lo diga. Por cierto, ¿te he dicho que he quedado para tomar café con un alto ejecutivo que trabaja en la oficina de la planta siete? Un partidazo nena, tiene un deportivo…

miércoles, 15 de abril de 2009

Ya lo dijo Batania


Se ensucian los días de memorias
no basta un plumero para limpiarlos,
ni soplar todo lo fuerte que se sabe,
siquiera cerrar los ojos
contar hasta tres y volverlos a abrir,
como si en un acto de magia
todo fuese a desaparecer de repente.

Se manchan las tardes de recuerdos
y no hay espacio suficiente para ellos
se amontonan a la salida de los párpados
y sostienen al sueño
para que no vaya más allá de las pestañas,
para que las ilusiones no arañen las niñas de mis ojos,
ni de los tuyos,
quién sabe.

El reloj resta minutos
en una cuenta a favor propio,
ayer se lo leí a Batania,
tu reloj de pulsera
barniza el nogalde
tu propio ataúd
y ya no sé si quise morirme
o vivir con rabia para joder al tiempo,
tal vez por eso no lleve relojes,
tal vez por eso nunca mire atrás,
para no ver cómo se pierden las cosas.

Revolución

Dice que me quiere cinco
y yo me enfado
porque no me gusta la rima con ese número,
porque sale ganando hasta cuando dice que me quiere,
y a mí que me gustaría que me dijese algo así como
“ Te quiero ocho” o
“Te quiero de aquí a Logroño”
por lo menos con esa rima me llevo un orgasmo seguro.
Pero las cosas cambian
y al final las mujeres tenemos que comprar consoladores de goma,
de esos que no se cansan nunca
(y si se paran les cambias las pilas),
con colores pastel y olores de fresa,
de esos que no preguntan indiscreciones.

Lo llaman revolución
cuando es mera adaptación,
alivio del estrés, del escuatro, del es...cinco
¿Cinco?
Vaya…
al final siempre, siempre, siempre
salen ganando ellos.

Jet lag


Y de pronto me siento como un gato sin pelo ni uñas, desprotegida, desnuda, sola.
Es lo que tienen los aeropuertos, que la gente va o viene, pero nadie se queda, siquiera los guardas de seguridad se quedan.
Soy un gato, sí, pero de esos que odian dormir en un sillón, de los que se enamoran de los perros y envidian a los pájaros. Soy un gato con miedo a las alturas y aquí estoy, esperando un avión que me lleve de vuelta a mi mundo, aunque mi mundo se componga de pedacitos de otros mundos ajenos y se tambalee cada vez que alguien se aleja de mí, aunque lo niegue, aunque me cuente cuentos a mí misma diciéndome que nadie ni nada me importa más de lo que me importan las cosas que no me importan demasiado.
Ahora estoy abisagrada a esta mesa con mi medio sándwich que sabe a queso rancio, una botella de agua a medio beber, el bolígrafo danzando entre los dedos y dudas, y con la certeza de que mi única salvación se encuentra aquí, sentada en esta silla.
Soy tan pequeña (o el mundo muy grande). Por más que lo intente no consigo sonreír diez veces seguidas sin sentir después ganas de llorar. Me extingo un poco en cada lágrima y sin embargo siento alivio con cada gota.
Quiero saber querer sin dejar de quererme y dejar de querer cuando no me quieren, tal vez si lo logro encuentre la clave de este cubo de Rubik que me posee, tal vez entonces pueda dejar de soñar sentada en sillas de aeropuerto con un cuaderno delante lleno de palabras incoherentes.
Pero todavía no ha llovido lo suficiente, no puedo pensar en azul, ni sentir en azul, todo es de un gris que abruma y entre tanta niebla me pierdo a mí misma, no me oriento porque no grito, ni grito por no asustarme o estorbar este letargo, pero indudablemente tengo miedo, un miedo atroz de volver a los poemas que hablan por mí, porque no soy solo la mano que dicta la letra, soy verso, la metáfora que nadie logra comprender, y me releo intentando encontrarme de nuevo, pero me pierdo cada vez que me escribo y al buscarme busco a otros olvidándome de mí, sin darme cuenta que ese “tú” que busco en realidad es el “yo” que no encuentro.

Barajas 14-4-09

martes, 7 de abril de 2009

Ser o no ser


Se puede nacer hombre y tener suerte
pero la suerte se lleva entre las piernas
no es como colgar el calcetín en la chimenea
y esperar que Papa Noel venga y te lo llene,
se nace con ella,
como con las tristezas, dicen.

Hay un escaparate inmenso para ellas
donde ellos se asoman
y no ven más que nubes de algodón con olor a nubes,
chicas vestidas de blanco que saltan y bailan,
las veo
y no puedo más que desear tener la regla todas las semanas.

Un mago sin chistera
me dijo que ansiaba ser mujer,
pienso que si fuese mujer ya no sería mago,
sí, tendría la suerte que se lleva entre las piernas
y posiblemente algún día sería un huevo Kinder,
pero los magos dan equilibrio al caos
y consiguen que las chicas de los anuncios
vuelvan a reír después de llorar.

Para Billy MacGregor...

viernes, 3 de abril de 2009

De vuelta


Vuelvo a no dormir,
a las noches insomnes,
a hacer montones con cosas
con pares y cabos sueltos
que nunca consigo enlazar.

Vuelvo a revolverme en la cama
a despertarme con las manos sobre mi pecho
y los pies helados,
a pensar más de la cuenta
y olvidar como se olvida,
a beber más de lo que como
a llorar menos de lo que siento,
a no llamar pidiendo auxilio
a mirar en el espejo a esa extraña que se disfraza de mí.

Vuelvo a las andadas,
siempre descalza,
a olvidarme la ropa interior al salir a la calle
y recordarla justo antes de la ducha,
a odiar al mundo y su condicionalidad.

Vuelvo,
siempre vuelvo
al menos es mejor que perderse para siempre.

miércoles, 1 de abril de 2009

Filoanálisis


Le quiero porque dice que no es poeta,
que es un perfecto imperfecto
y que sus virtudes solo lo son cuando yo le miro,
porque no consigo recordar desde cuándo intento olvidarle.

Le odio porque le necesito
más de lo que la necesidad requiere,
porque no me importaría que me mintiese
y me dijese que en mí abarcan todos los nombres de mujer
y que todas las medias rotas fueron mías,
que de todas las bocas pervertidas solo ansía una.

Y en este estado de clausura de palabras
donde solo consigo amontonar letras
nace la necesidad frustrada de sentirme desnuda a su lado,
de tocar su piel y perderme en la demencia, en la sinrazón,
enredarlo en mi maraña inestable y aferrarme a él
que es el único vértigo que me asusta,
y nuestros miedos pelean mientras nosotros huimos
en direcciones contrarias para volver a encontrarnos
siempre en el mismo punto.

martes, 31 de marzo de 2009

Madre de madre ( in memorian)

Ya es tarde,
porque los soles que alumbren tus ojos
ya no saldrán por el este,
los abrazos que reciba no serán de tus brazos
y mis manos extrañaran tus dedos;
se han dormido las canciones a la vera de tus labios,
ya no suenan,
y mis oídos no quieren más que volver a escucharte.

Te escribo ahora
mientras todavía recuerdo lo suave de tu sonrisa,
lo mía que era tu piel, lo tuya que era la mía,
“te pareces a ella”, dice siempre mi madre,
y yo que ansiaba ser como tú,
y aprender a untar mantequilla en el pan
y conseguir que el azúcar no se desparramase sobre mi vestido
a la hora de la merienda.

El ganchillo era un arte hipnótico
un juego de malabares que nunca llegué a descifrar.

Te escribo ahora
porque tengo miedo a perderte, a perderte del todo
y que el olvido sea una costumbre de domingo por la tarde,
porque tengo miedo a mañana
a que termine Marzo y saber que con él tú también te has marchado.


A mi abuela,Manuela,quien ayer se marchó de mi vida para siempre.

sábado, 28 de marzo de 2009

Su'posiciones


Pongamos que el futuro termine el uno de Mayo,
que a partir de ahí todo sea pasado y presente,
se echa el candado a las promesas por cumplir
y volvemos a llenar los bolsillos de arena
con la que tú pretendes construirme castillos
a orillas de una playa embravecida
esperando que dure todo el tiempo,
el máximo tiempo que pueda contener la respiración,
volveríamos a llenarnos de suspiritos de pena
de sueños por soñar en otras camas,
todo acompañado de sonrisas de joker
que alegran al resto de la baraja.

Pongamos que consigo quitar esa parte de mí,
que hago que se duerma durante un tiempo
el necesario para que todo parezca de nuevo ideal
mientras tramo de nuevo la fuga en un mapa,
nadie podrá preveer el día ni la hora
tal vez siquiera yo misma,
pero el subconsciente es sabio
y a él nadie le engaña, siquiera yo
que tengo un armario lleno de camisas
para vestirte y desvestirte de otros menos de ti,
o quizá de quien fuiste cuando éramos dos.

Pongamos que vuelvo y ya no quiero ser ella
sino yo,
entonces… ¿tú que harás?

sábado, 21 de marzo de 2009

Mis Congratulaciones...

*A todos los que abrieron las puertas de mi mundo de cristal con un mazo en la mano

*A todos los que entraron buscandole los tres pies al gato y le encontraron seis

*A todos los que vieron balas y ataques, convulsiones verbales y palabras malsonantes donde solo habían gritos de auxilio (gracias)

*A todos los que airearon mis intimidades como si mi vida fuese un reality show

*A los que violaron mi intimidad sucesivamente

*A los que no quisieron ver mas allá de las palabras e ignoraron los sentimientos

*A los que son incapaces de dar la cara y de mirarme a los ojos cuando más les necesito

*A los que en vez de un flotador estan arrimando ramitas a la hoguera que me consume

*A los que hacen que mi circunstancia actual sea cada vez más insoportable (gracias)

*A los que ven en mí una unica culpable cuando solo soy discreta, porque odio los circos

*A los que son incapaces de ver mis lágrimas porque estan muy ocupados hablando a mis espaldas

(Omito para no dañar a quienes me aprecian. Hay Loida para rato, GRACIAS a los que me apoyan y me hacen sentir importante)

sábado, 31 de enero de 2009

Relativo


Si me muriese ahora
el ultimo suspiro pesaría lo mismo que tu recuerdo,
porque ahora mismo es lo que me oprime,
nada es del todo cierto ni del todo falso
todo se cubre de un gris relativo
que daña a la vista.

Cae la noche
que asesina otro viernes
como si de un sacrificio se tratase,
tintinean campanas sobre la mesa
y dices que me echas de menos
¿Y yo?
Si apenas coordino mis parpadeos,
si desde que me cortaron los dedos
no sé sumar mis pasos,
cómo voy a saber en qué momento,
cuando ayer era hoy,
quise ahorcarme de una de las manijas del reloj
para que nunca fuese mañana.

Pero ya es hoy
y sigues haciendo tocar la campana muda
que anuncia mi muerte,
firmas mi epitafio según TÚ
cuando dices que lo harías todo por mí.

Y así vuelvo a caer en la red
que yo solita me tejí,
y echo de menos a mis arañas vegetarianas
y a la nube que dormía en mi regazo
mientras Bukowski me avisaba
de que ser mujer y poeta a la vez
solo llevaba a la destrucción del alma
y al abuso del cuerpo.
Tomo ejemplo y me bebo mis penas
una tras otra, porque las odio,
como el vodka negro que me remuerde los dientes
y carcome mi conciencia,
pero no vomito
porque es el colmo de la vergüenza,
(de eso tú no entiendes nada),
la bilis se hace lírica pura.

Hoy todo es relativo
menos la certeza de que
cuando toquen las doce morirá otro viernes
y quizá tú también lo hagas,
ese es tu epitafio según YO.

jueves, 29 de enero de 2009

Ladrón


No es buen día,
hoy no,
porque el aire me zarandea y me dobla,
me bate
y hace que se me caigan las pocas ideas que tengo,
después todo sale volando
y a penas este par de piernas me dan para correr,
la voz se la lleva el vendaval
que espera ansioso tras una esquina,
al volverla me da una bofetada
y me recuerda que soy una niña en cuerpo de media mujer
o de mujer sin medias
porque no las soporto,
entonces mis pies piden auxilio dentro de las botas,
tanto tacón para tan poca acera,
tanto correr, desesperada acción
“si aún no sabes donde ir,
siquiera dónde secarte las lágrimas”,
ellas caen sin tocar el suelo
el viento también me las quita,
y me seca las sonrisas
y me roba las nubes.
Hoy no es buen día,
hoy no,
porque yo soy de lluvia
y el aire es un cabrón que te las manda al sur

miércoles, 21 de enero de 2009

El suicidio del buitre


El amor es un buitre carroñero
que nunca se cansa de hurgar en la basura
siempre encuentra restos mortales
con los que se alimenta y engorda,
después alza el vuelo
hasta donde no alcanzan las balas,
no hay modo de matarlo.

Entonces es cuando aparecen las mentiras
que son como un cáncer
y viajan a 250 kilopalabras por minuto,
son sutiles y afiladas,
tanto,
que las puedes tragar sin darte cuenta,
las puedes llevar clavadas en la espalda
y no saber que lo que moja las aceras no es lluvia
sino tu propia sangre que se desparrama
arrastrando la confianza, amén de otras cosas vitales,
echas la mano hacia atrás
y piensas que el destino te escupe,
entonces mojas papeles en ella
y salen poemas,
poemas cargados de rabia,
poemas que pesan horas, días o semanas,
incluso años,
te prometes no volver a pedir auxilio,
crear tu propia trinchera
y dormir con una pistola en cada mano
y si las cosas se ponen difíciles….
pum! directo a la sien,
solo queda eso,
o ser un buitre carroñero

jueves, 15 de enero de 2009

De más


Empiezo a echarte de más
y creo que es peor que echarte de menos
porque tengo que llenarme de recuerdos
y vaciarme de todo lo demás
a ver si así te extraño un poco.

No hay nada más raro
que mirarme por la mañana al espejo
y ver que la sonrisa asoma sin pintarla
que mis ojos brillan sin maquillaje
y que la calle es ahora un mapa virgen
que mis pies ansían pervertir con huellas y golpes de tacón.

He intentado dividirme y restarme
pero no encuentro nada de ti en ninguna de esas porciones,
tal vez te despegaste con la última tormenta,
ahora me queda una duda
¿desde cuándo nos llueve?
Solo sé que tengo los dedos arrugados
y los labios tiritan de frío,
o de miedo,
porque la soledad es tan grande que no la ahoga mi mar,
los domingos son tan largos
como esos instantes de dolor de muelas
en los que morirse es solo una puerta de color rosa
que invita al sueño.

Pero no te echo de menos,
quizá mañana… no sé.

martes, 13 de enero de 2009

Destiempo


8:15 a.m., el sol nace rojo, como queriendo morirse y tiñe el blanco de los edificios que todavía duermen bajo un manto de humedad, los pinta del color de la guerra. Hoy el día promete ser algo más duro que ayer y nadie parece tener ganas de luchar contra el destino, a veces dejarse llevar es más sencillo que pelear en contra de la corriente que dicta la mañana y duele menos, o eso parece, pues los moratones a penas se perciben, el alma es demasiado discreta y sana sus propias heridas con las mentiras que compramos en los mercadillos de sueños. Los viejos dicen que los sueños solo son ilusiones perdidas, los niños se pierden tras los sueños y yo que soy una niña con vejez prematura estoy perdida sin sueños. Al final todo es lo mismo, solo cambia la mirada que gana o pierde brillo según se vaya viendo apuntar el final, el final que no es la muerte, sino querer estar muerto mientras todavía se puede sonreír, aunque cueste, aunque se tenga que hipotecar media vida para poder subsistir la otra media.

10:45 a.m., parece que va a llover, sí, va a llover, y el suelo lo agradece porque esta lleno de pisadas de extraños. El suelo no tiene brazos y no puede rascarse la espalda ni arrancarse los chicles pegados, es algo parecido a la memoria, no hay forma de borrar los pasados ni arrancar los recuerdos y lo peor es que nunca llueve en ese lugar de la mente, solo ocurre en los ojos para intentar vanamente que no almacenemos nada más, nada que pueda sobrecargar y hacer que se quiebre todo.

11:06 a.m., podemos ir arrastrando nuestra existencia por la vida, nacer, crecer, alimentarnos, aparearnos, dormir, envejecer y morir. Para muchos es lo ideal, es su sueño, no para mí. Pienso en el león y me doy cuenta de que no somos tan diferentes a él, existen dos clases de personas, el león de zoológico y el león de la selva, ambos igual de leones pero totalmente diferentes. No sé cuánto puede llegar a vivir un león, ¿cuarenta, cincuenta años? El león del Zoológico suele ser un animal nacido en cautividad, a penas conoce nada del exterior, le sirven la comida en un plato gigante de latón, le ponen agua a diario, tiene sus visitas regulares del veterinario, le ayudan a aparearse llevándole una hembra, es una vida sencilla y plena ¿verdad? Ahora pienso en el león de la selva, nace en África, un continente árido y difícil, con mucha suerte llegará a hacerse adulto ( si no muere antes por una infección o pisoteado por algún elefante durante una estampida), tiene que luchar por vivir, cazar, matar, debe ser fuerte para que su estirpe siga a delante. Realmente no es una vida sencilla, pero... ¿querría ese león la comodidad de un Zoológico? Supongo que tampoco el león que nació en cautiverio se cambiaría por él.

No importa la hora., el mundo no cambia con relojes o sin ellos, el tiempo tampoco se detiene porque le quites las pilas y el segundero deje de hacer tic tac. Nacemos y morimos, no hay más verdad que esa, solo sé que antes de morir quiero haber vivido mi vida.