Es evidente que la espiral se cierra
y cada vez hay menos espacio por el que mirar,
es como si el cuello se hiciese cada vez más breve.
Las sábanas saben a derrota
mi olor se ha prostituido en otros cuerpos
y ya no sé cuál era mi esencia,
a veces dudo si realmente existió;
todo tiene un precio menos la dignidad
que se cae sola cuando menos te lo esperas
y terminas pisoteándola y riéndote de ella
¿qué importa?
al final nadie la conserva intacta
para qué velar tanto por ella
mejor matarla a que lleguen otros a torturarla
“la maté porque era mía”….dignidad,
puede ser el último ápice de ella ese sencillo acto
y después marcharse con la cabeza erguida
orgulloso del crimen.
miércoles, 13 de agosto de 2008
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