sábado, 29 de septiembre de 2007

Este poema lo escribimos una noche alguien muy especial y yo a petición de nuestros propias almas. Surgió despues de mucho vivido, sentido y compartido. Gracias Mil, por estar siempre, incluso en las ausencias te siento.



Un cielo tapiado de nubes púrpuras

el viento animando las tristes vestimentas.

Días guardados en un cajón
que solo abro al recordarte

en esa marea incontenible.

Socavón de ti. penetrándote.


Caricias rotas y besos extintos
anhelos que perduran pese a la inclemencia

que se renuevan y multiplican

como caminos de un laberinto

ideales para perderse
sin brujula ni mapas.

Perfilado por ti, plegado
con la forma que me dieron tus dedos

tejí redes para mi alma
para que no se desbordaran las palabras,

para atacarte con ellas
sin necesidad de hablar.


Los oidos se tornaron sordos
los gritos se volvieron eco.

Socavon de mi. golpeandome.