miércoles, 18 de junio de 2008

Sed elílica

Se cuelga el cartel de “cerrado”en la boca de la esquina
donde solía beber,
eran los labios que mejor me quitaban las penas,
busco un bar veinticuatro horas,
el camarero me mira, saca una escoba
barre tras mis pasos y me ofrece una bolsa
con algo que parecen restos de pasado

“no es bueno perder lo que fuiste
o al final terminarás imaginando
que eras princesa de la vida bohemia”,
me mira desde la barra y me guiña un ojo,

valiente estúpido,
nunca quise ser princesa;

me los echo en el vaso
y los trago a pesar de que arañen.
Se me saltan un par de lágrimas
por el escozor que produce recordar quién fui
y el dolor que se siente cuando te arrancan la infancia
con caricias de unas manos hechas con papel de lija.

Corro hasta la puerta y vomito pasados y recuerdos
ante la mirada de desaprobación del camarero.

La boca de la esquina sigue cerrada
y la sed etílica me es difícil de asimilar
deja resacas imposibles de evadir.

Necesito un mordisco en la lengua
que no sea de mis propios dientes.


Si quereis escucharlo recitado por una gran voz como es la de
Amparo Fdez. del Campo aquí teneis el enlace

http://www.bletisadas.blogspot.com/

2 comentarios:

Microalgo dijo...

Burps. No soluciona pero palía. ¿O se dice palia?

Digamos calma.

Cristal Violeta dijo...

Sí, de un modo u otro alivia, pero nada como una buena boca.
Saludos