
A ti, inmensidad añil
coronada de espumas blancas,
cuántas veces te dediqué versos.
Te escribo un último poema
rogando tu pedón por tanto mal cometído.
Inconsciencia humana dañina.
Tus frescas aguas norteñas,
virginales,
de juventud y vida
fueron violadas un día
por esperma negro y denso.
Las gaviotas ya no volaron
sus alas quedaron "preñadas"por él,
condenadas a una lenta muerte,
resignadas, humilladas.
La costa fue testigo
de tus abortos involuntarios,
los peces ya no nadaron,
les impusieron un luto.
Nota necrológica en el litoral.
coronada de espumas blancas,
cuántas veces te dediqué versos.
Te escribo un último poema
rogando tu pedón por tanto mal cometído.
Inconsciencia humana dañina.
Tus frescas aguas norteñas,
virginales,
de juventud y vida
fueron violadas un día
por esperma negro y denso.
Las gaviotas ya no volaron
sus alas quedaron "preñadas"por él,
condenadas a una lenta muerte,
resignadas, humilladas.
La costa fue testigo
de tus abortos involuntarios,
los peces ya no nadaron,
les impusieron un luto.
Nota necrológica en el litoral.
1 comentario:
Pude vivir el horror del negro
en "mi" Galicia.
Vi llorar
y morir
un trocito nuestro...
"nunca mais"
un Beso
Buena suerte en este Mundo
Publicar un comentario