martes, 14 de octubre de 2008

Del amor y sus mentiras


-¿Y dice que ha dejado de creer en el amor?
-Así es doctor, totalmente. El amor no es más que un cuento que se nos cuenta cuando somos niños para que no tengamos miedo a hacernos adultos. Pero obviamente, cuando una crece se da cuenta de que nada de lo que te contaron era cierto, la fábula del amor no es más creíble de lo que lo pudiera ser el ratoncito Pérez o la bruja Piruja. Solo que el amor es un engaño con el cual muchos viven hasta la muerte.
- Es demasiado joven para pensar así, con 27 años quizá no haya llegado a conocer el verdadero amor.
-Créame, no han faltado voluntarios, pero verá, es que las farsas no duran más de dos o tres años a lo sumo. Si usted cree en él, estupendo, allá con su ignorancia, pero permítame que siga con mis ideas, que me ha costado demasiadas lágrimas conseguir verlo todo claro.
-Entonces ¿qué piensa hacer con su vida?
-Bueno, el amor no lo es todo. De todos modos estoy enamorada de muchas cosas, del mar, de los amaneceres violeta, de las nubes, de la lluvia, de las montañas nevadas. Fíjese, eso son cosas que jamás me van a defraudar porque una montaña es incapaz de insultar o de mostrar deslealtad, a su vez, haga lo que haga, ella tampoco va a sentirse ofendida. Puedes llevar cinco veranos escalando la misma montaña que si al verano siguiente te apetece ir al mar ella jamás te lo reprochará.
-¿Me esta hablando de una infidelidad?
-Le estoy hablando de una necesidad.
-Una necesidad que lleva a una infidelidad.
-¿Usted es montaña o mar a caso?
-No, claro que no.
-Por eso he dejado de creer en el amor. Solo entre humanos existe la posibilidad de ser infiel, y no dude usted que si se somete a cualquier ser humano a presión después de habérsele atacado psicológicamente caerá en los brazos de quien sea, o incluso de, como usted dice, enamorarse. Y lo más curioso es que a esa persona no le va a importar cómo sea, realmente le da lo mismo de quién se está enamorando, cualquier persona le es válida para hacer que esa energía siga circulando. ¿No le parece absurdo?
-No, la verdad es que no me parece en absoluto absurdo, está usted dejándome sorprendido con sus explicaciones. Eso no quita que siga creyendo que es demasiado joven para haber perdido la fe.
-No he perdido la fe doctor, creo en Dios, en quien no creo es en el hombre y dudo que su terapia consiga sanarme, de hecho creo que ahora mismo es cuando más sana estoy, ahora que no necesito dar ese amor a nadie que lo destruya, ahora que puedo quererme, que puedo querer a quien yo quiera, y conjugar el verbo querer a mi antojo sin resultarme vomitívamente egoísta. No le pido que me comprenda, es más, dudo que lo consiga, pero gracias por al menos intentarlo.

Se levantó del sillón y se dirigió a la puerta con aires de victoria. Antes de salir y dándole la espalda al psicólogo desabrochó el primer botón de la camisa y comprobó que donde antes había un corazón ahora solo quedaba un hueco inmenso, “Solo los más valientes consiguen librarse de este peso. Se puede vivir sin amor”, se dijo para sus adentros, y se marchó con una sonrisa en los labios.

2 comentarios:

MaM dijo...

un tema muy interesante me gustaría poder decir yo que tanto le escribo a el amor,que es lo mas importante pero no, solamente es patrón de conducta que con el tiempo se puede dominar y olvidar patrones para amar, reír llorar cada patrón se puede con tiempo y dependiendo de lo aferrado que esté a la mente eliminar para siempre y elegir la nuraleza en tu caso.
un escrito muy completo me a gustado Lloida toda una reflexión
un abrazo amiga

Cristal Violeta dijo...

Sigue escribiendo al amor, debes hacerlo si así lo sientes. CAda uno expresa su dolor, su miedo incluso el ajeno, no por ello unas poesías o relatos son mejores que otros.

Gracias por estar.