miércoles, 7 de mayo de 2008

Las pelirrojas también lloran


No soy de primavera
ni de verano,
soy un fuego fatuo
de los que deambulan por los callejones el uno de noviembre
buscando un cuerpo cálido donde cobijarse
de los que dan vueltas en la cama
buscando una espalda a la que aferrarse
una boca de la cual extraer el aliento que no poseo.

Me deshago
sin excesos de fatalidad ni escenas de cine trágico
sin esperar lagrimillas al final de la escena.

Las pelirrojas también lloran
quizá por eso nací morena,
mi madre me quiso evitar el llanto,
pero el destino me lo truncó
y ahora mi pelo brilla con el rojo de los atardeceres,
el rimel cae emborronándome la expresión,
soy como un payaso después de su función
con el maquillaje a medio quitar
y la sonrisa de oreja a oreja pareciendo hacer burla.

No hay alivios en forma de palabra
solo de abrazos, y por desgracia esos no se compran,
tengo el cuerpo vacío esperando que se llene de besos
porque las razones no neutralizan las ofensas,
ni las quiero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No sé cómo di contigo pero me encantó... yo también nací morena!!! Ojalá encuentres esa editora y ojalá que como seria, sea un poca loca!! SUERTE!